martes, 14 de julio de 2015

Para saber: o ver o leer



20 formas de cambiar el mundo.
Museo Fundación Eugenio Granell
Praza do Toural s/n. Santiago de Compostela
Comisario Eduardo Valiña
Hasta el 15 de Enero de 2016

Retrato de reojo. Luis Seoane.
MARCO, c/ Príncipe 54, Vigo
Comisario David Barro
Hasta el 27 de Septiembre


            Este verano en Galicia toca recordar a dos artistas gallegos que desde el exilio procuraron una personalidad única dentro del panorama de las vanguardias internacionales. Son Luis Seoane (1910-1979) y Eugenio Granell (1912-2001), grandes desconocidos fuera de Galicia y admirados en su día entre los círculos artísticos de la época por su infatigable personalidad creadora.
            Seoane permaneció diecisiete años en Buenos Aires. Granell cuarenta y seis en cuatro países: se vio obligado a huir en múltiples ocasiones, primero de los campos de concentración alemanes en Francia, luego de la dictadura en la República Dominicana y después de la guatemalteca hasta asentarse finalmente en la capital de los talentos europeos durante el s. XX, Nueva York.
Abandonó España con un violín y volvió de la gran manzana transformado en pintor surrealista, apreciado entre otros por Breton y Duchamp. La idea de metamorfosis permanece como hilo conductor a lo largo de toda su obra, sobre todo en sus máquinas indefinidas bajo una fantasía aplastantemente diáfana. Los viajes y experiencias acumuladas se reflejan en su trabajo: el cubismo, la abstracción, la influencia del arte pop… hasta el regreso a una figuración inspirada por la América fantástica y macerada en el centro de la transformación continua: la pauta onírica. Su emigración puebla las pinturas que fusionan la imaginación de la infancia con el rechazo hacia las estructuras políticas asfixiantes. Granell denuncia la libertad de las formas dentro del formato.
En el museo que lleva su nombre y con motivo del XX aniversario de su nacimiento, la exposición “20 formas de cambiar el mundo” muestra obras clave del artista y de su mujer Amparo Segarra, actriz vinculada al mundo de la moda.

A su vez, en el MARCO de Vigo descubrimos la exposición documental de Luis Seoane: “Retrato de reojo” donde se aprecian las facetas más personales del artista. Cronista, locutor, poeta, narrador, escenógrafo, pintor e incansable animador de la vida social y cultural allí donde se encontrase, Luis Seoane fue el Walter Gropius de las artes plásticas gallegas. No entendía de disciplinas aisladas y menos aún representaba a la élite de la cultura: toda su obra plástica gira alrededor de la creencia procedente de la Edad Media según la cual, la pintura es la literatura de los iletrados. El diseño, la escritura y la pintura eran para él los mayores recursos comunicativos y educacionales para levantar a un país del hastío contextual: pobreza, guerra, incultura, hambre. En Buenos Aires conoció a Borges, Cortázar, Ernesto Sábato; también allí comenzó a pintar, a recordar y a mezclar las dos tierras. Se alejó entonces del costumbrismo hacia la síntesis de la figura humana estática, protagonizada por campesinas y pescadores. Viajó durante toda su vida y se dejó influir a ciegas en todo momento. Medieval y vanguardista, románico y abstracto, la nostalgia de Galicia y la sed de conocimiento fueron una fuente de energía inagotable.
Ambas trayectorias vitales y artísticas nos recuerdan una fórmula que apenas ha cambiado: “Para saber: o ver o leer”. (ABC Cultural)

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