miércoles, 11 de enero de 2012

Diálogos al aire



        “Todo lo sólido se desvanece en el aire”. Malgastada cita en boca de muchos lectores o apóstoles de barandilla, que parece adquirir un significado de aumentada frescura al pasear por Inside. El proyecto ha reunido a seis artistas con el objetivo de participar a través de sus intervenciones temporales, en esa intervención permanente que supone la Ciudad de la Cultura Gallega en Santiago de Compostela.

Marlon de Azambuja (Sto. Antônio da Patrulha-RS, 1978), Elena Fernández Prada (León, 1978), Alicia Martín (Madrid, 1964), Pamen Pereira (Ferrol, 1963), Jorge Perianes (Orense, 1974) y Damián Ucieda (Coruña, 1980), han sido invitados a decorar el decorado. Valga una breve descripción de los trabajos como punto de partida para el diálogo con el espacio arquitectónico.
Bajo el título “Operaciones”, Marlon de Azambuja apoya una serie rectangular de adoquines de color naranja, desencajados en relación a las líneas rectas del suelo. La gran estructura esférica recubierta con miles de ejemplares de libros, “Singularidad”, pertenece a Alicia Martín. “Invernadero de la templanza”, de Pamen Pereira suspende campanillas a diferentes alturas en el interior de una de las Torres Hedjuk, y plantas de viento en la otra; de este modo la función de respiradero oculta en las Torres, recrea la obra. Tanto las campanillas como las plantas aparecen suspendidas en el aire, gracias a ese material que parece imprescindible en la configuración de la obra espacial de arte contemporáneo, el sedal de pesca.
En las columnas de la Biblioteca de Galicia, Elena Fernández Prada presenta como  “Vivienda rural II” los dibujos de casas amontonadas en vertical. Las obras de espuma con forma de roca y pintadas de falsa piedra, que se sitúan sobre los estantes de la biblioteca, “Sin título”, son de Jorge Perianes. El trabajo fotográfico de Damián Ucieda capta una serie de personajes sobre el escenario protagonista. Obra aparte, en el “Container Inside” se encuentra un recordatorio de los artistas que formaron parte del “I Encuentro de jóvenes artistas” el pasado mes de septiembre.
La relación de todos los materiales con los que se elabora una instalación o una escultura, conforman la obra arte; recuperemos tal obviedad: felpudos que flirtean con la idea de equilibrio por medio de la colocación casi ortogonal de los módulos, una esfera recubierta de libros que quisiera ser una esfera de libros, plantas que al no poder volar se cuelgan de sedales translúcidos, representaciones de casas pintadas con acuarela que pretenden aludir a la vivienda rural gallega, trozos de cartón piedra que simulan pesar como la piedra y que rebotarían en el suelo si se cayesen, y por fin, una serie de fotografías que no nos piden nada a cambio. No se desvanecen en el aire, ni nos obligan a compartir intenciones artísticas donde reposan sólo apariencias.
A menos que Inside consista en un atrezzo consciente de la Ciudad de la Cultura, el diálogo con el espacio de Peter Eisenman es tan hueco como las piedras en exposición, como los felpudos con apariencia de césped artificial, o la esfera vacía con piel de libros. La exposición de arte contemporáneo que se disipa por el terreno, parece vinculada a un espacio donde las obras de los artistas refuerzan la teatralidad de un proyecto arquitectónico en busca de escenografías culturales. A unos metros, el ruido de la maquinaria que pule la piedra y la transporta, funciona de banda sonora. Los trabajadores y los visitantes, representamos el papel de hormigas dispersas entre las piezas de un decorado que colorea el ambiente, y funciona de contrapunto ante las toneladas de piedra que si se cae, no rebota en el suelo.
Las fotografías de Damián Ucieda invitan a reflexionar sobre Inside, pues nos recuerdan que formamos parte de una escenografía marmórea, donde lo más ligero es todo lo que venga a posteriori. Si levantamos uno de los felpudos naranja situados en el pasillo exterior de la Ciudad de la Cultura, la cinta blanca de doble cara resulta de mayor dureza a nuestros ojos que la propia madre piedra. Y tal vez, como el sedal, o la espuma que utiliza Jorge Perianes, la cinta adhesiva posee un grado de necesidad específica, justificada por el uso de dichos materiales en el teatro de títeres o en el atrezzo de cualquier obra de teatro. Pero en una función teatral, el espectador no tiene la posibilidad de descubrir la tramoya, pues atiende al espectáculo de manera físicamente pasiva, mientras que al visitar Inside, acudimos a la verídica ficción de “todo lo sólido”. (ABC, El Cultural)

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