miércoles, 24 de julio de 2013

Clearblueskydeepdarkwater. Graham Gussin





Una cortina ralentiza la entrada a la exposición, augurando con ello la apertura a un espacio donde cada obra despliega un carácter diferente, y de ese modo acerca al espectador a una interpretación personal del tiempo impreso en los videos, instalaciones y fotografías con las que Graham Gussin (Londres, 1960) dibuja un paisaje interior: Clearblueskydeepdarkwater. (cielo azul despejado agua oscura profunda).
Más que utilizar las técnicas artísticas como medios de comunicación para expresar puntos de vista y percepciones e intuiciones personales, cada obra parece un medio de comunicación independiente. Lo cual podría entenderse como una definición pasajera, en el caso que nos ocupa, de la expresión: obra de arte. Las piezas apuntan a ámbitos de conocimiento distintos – su trabajo nos deriva al cine, a la literatura o al sonido-, sin embargo el tema de la aproximación del espectador se encuentra en todas ellas. A lo largo de la muestra, el observador se introduce en una coreografía de ritmos fijos, se acerca y se aleja a distintas velocidades, tanto de manera física como reflexiva.
El recorrido invita al espectador a detenerse y buscar dentro de estructuras geométricas de madera; a sentarse entre proyecciones de video; a recoger alguna de las imágenes del puesto callejero en “Noticias de ninguna parte” (título de la novela de William Morris), o a lanzar con el pie alguna de las ciento noventa y nueve canicas que se corresponden con los ciento noventa y nueve caracteres del título impreso en la pared. El visitante concentrado en descifrar los microrelatos, desconoce que su andar está diseñado por el ritmo de las creaciones.
A través de los títulos y la localización de sus referentes dentro y fuera del museo, el artista lleva de la mano al público, lo traslada de un espacio a otro. “¿Qué supone una mayor intromisión, la acción de esparcir cantidades irrelevantes de vodka y perfume en la sala de reuniones de la institución o exponer la documentación de esa acción en el espacio expositivo?”, pregunta Graham Gussin. Se refiere a la serie de fotografías “Sala de conferencias intoxicada”, en la que 100 ml. de vodka Moskovskaya y 50 ml. de perfume La Fumeé se derramaron por la sala de conferencias del CGAC.
Las obras en exposición se refieren a imágenes y espacios desapercibidos, narrativas caprichosas en lugares cotidianos. En el video filmado en las calles que rodean su estudio -“El toque de la calle de noche”-, la simple acción de una mano que toca y se aleja con rapidez de los lugares y objetos rozados, se sitúa enfrente de otro video donde la niebla agachada se desplaza lentamente por el agua y entre los árboles. El trabajo de Graham Gussin marca el compás de nuestra mirada. (ABC, El Cultural)

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