“Todo lo sólido se desvanece en el aire”.
Malgastada cita en boca de muchos lectores o apóstoles de barandilla, que
parece adquirir un significado de aumentada frescura al pasear por Inside.
El proyecto ha reunido a seis artistas con el objetivo de participar a través
de sus intervenciones temporales, en esa intervención permanente que supone la
Ciudad de la Cultura Gallega en Santiago de Compostela.
Marlon de Azambuja (Sto. Antônio da Patrulha-RS, 1978), Elena Fernández Prada
(León, 1978), Alicia Martín (Madrid, 1964), Pamen Pereira (Ferrol, 1963), Jorge
Perianes (Orense, 1974) y Damián Ucieda (Coruña, 1980), han sido invitados a
decorar el decorado. Valga una breve descripción de los trabajos como punto de
partida para el diálogo con el espacio arquitectónico.
Bajo el título “Operaciones”,
Marlon de Azambuja apoya una serie rectangular de adoquines de color naranja,
desencajados en relación a las líneas rectas del suelo. La gran estructura
esférica recubierta con miles de ejemplares de libros, “Singularidad”,
pertenece a Alicia Martín. “Invernadero de la templanza”, de Pamen Pereira suspende
campanillas a diferentes alturas en el interior de una de las Torres Hedjuk, y
plantas de viento en la otra; de este modo la función de respiradero oculta en
las Torres, recrea la obra. Tanto las campanillas como las plantas aparecen
suspendidas en el aire, gracias a ese material que parece imprescindible en la
configuración de la obra espacial de arte contemporáneo, el sedal de pesca.
En las columnas de la Biblioteca
de Galicia, Elena Fernández Prada presenta como “Vivienda rural II” los dibujos de casas amontonadas en
vertical. Las obras de espuma con forma de roca y pintadas de falsa piedra, que
se sitúan sobre los estantes de la biblioteca, “Sin título”, son de Jorge
Perianes. El trabajo fotográfico de Damián Ucieda capta una serie de personajes
sobre el escenario protagonista. Obra aparte, en el “Container Inside” se
encuentra un recordatorio de los artistas que formaron parte del “I Encuentro de
jóvenes artistas” el pasado mes de septiembre.
La relación de todos los
materiales con los que se elabora una instalación o una escultura, conforman la
obra arte; recuperemos tal obviedad: felpudos que flirtean con la idea de
equilibrio por medio de la colocación casi ortogonal de los módulos, una esfera
recubierta de libros que quisiera ser una esfera de libros, plantas que al no
poder volar se cuelgan de sedales translúcidos, representaciones de casas
pintadas con acuarela que pretenden aludir a la vivienda rural gallega, trozos
de cartón piedra que simulan pesar como la piedra y que rebotarían en el suelo
si se cayesen, y por fin, una serie de fotografías que no nos piden nada a
cambio. No se desvanecen en el aire, ni nos obligan a compartir intenciones
artísticas donde reposan sólo apariencias.
A menos que Inside consista en un atrezzo consciente de la Ciudad de la
Cultura, el diálogo con el espacio de Peter Eisenman es tan hueco como las
piedras en exposición, como los felpudos con apariencia de césped artificial, o
la esfera vacía con piel de libros. La exposición de arte contemporáneo que se
disipa por el terreno, parece vinculada a un espacio donde las obras de los
artistas refuerzan la teatralidad de un proyecto arquitectónico en busca de
escenografías culturales. A unos metros, el ruido de la maquinaria que pule la
piedra y la transporta, funciona de banda sonora. Los trabajadores y los
visitantes, representamos el papel de hormigas dispersas entre las piezas de un
decorado que colorea el ambiente, y funciona de contrapunto ante las toneladas
de piedra que si se cae, no rebota en el suelo.
Las fotografías de Damián Ucieda
invitan a reflexionar sobre Inside,
pues nos recuerdan que formamos parte de una escenografía marmórea, donde lo
más ligero es todo lo que venga a posteriori. Si levantamos uno de los felpudos
naranja situados en el pasillo exterior de la Ciudad de la Cultura, la cinta
blanca de doble cara resulta de mayor dureza a nuestros ojos que la propia
madre piedra. Y tal vez, como el sedal, o la espuma que utiliza Jorge Perianes,
la cinta adhesiva posee un grado de necesidad específica, justificada por el
uso de dichos materiales en el teatro de títeres o en el atrezzo de cualquier
obra de teatro. Pero en una función teatral, el espectador no tiene la
posibilidad de descubrir la tramoya, pues atiende al espectáculo de manera
físicamente pasiva, mientras que al visitar Inside,
acudimos a la verídica ficción de “todo lo sólido”. (ABC, El Cultural)
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